domingo, 15 de marzo de 2009

La economía en la Guerra Civil

El mayor problema para la República fue la escasez de moneda metálica, que trató de solucionar acuñando piezas de cinco, 25 y 50 céntimos y una peseta en las nuevas fábricas de Castellón y Aspe pero, a principios del 38, ante la imposibilidad de abastecer el mercado del suficiente menudo, autorizó la circulación de algunos sellos de correos y timbres móviles, pegados en discos de cartón.

La falta de monedas hizo que algunas cooperativas imprimieran vales provisionales para proporcionar cambio en las pequeñas operaciones. Pronto, miles de municipios, sindicatos y toda clase de entidades públicas y privadas se lanzaron a la fabricación incontrolada de estos vales, creando una importante suma de dinero paralelo. Este fenómeno, aunque se dio en ambos bandos, afectó más gravemente a la República que se apresuró a prohibir dichas emisiones. El gobierno de Franco, por el contrario, creó un sistema de moneda propio y diferenciado. La primera medida consistió en estampillar, con un cuño en seco, todos los billetes puestos en circulación antes del 18 de julio de 1936, dejando sin valor los emitidos en fechas posteriores.

Esto acrecentó la inflación en la zona republicana, ya que los billetes que quedaban inutilizados en los territorios que iban siendo ocupados, acudían a zona republicana, donde sí valían, aumentando la cantidad de dinero en circulación. 

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